domingo, 27 de febrero de 2011

Pequeña escapada

No nos busqueis este fin de semana, porque estamos aquí


Perdiéndonos por sitios como este


Tenemos muchas, muchas ganas de ver a nuestra Gele, nuestro Zefe (mi hermanito de no sangre), la Princesita Total y el bishillo de mi ahijado.
Ah, además vamos a aprovechar para desvirtualizar a Rosa (enfermeradospuntocero) y su familia que por casualidad también andan por estas tierras, así que...
nos vemos en Marzo.



jueves, 24 de febrero de 2011

Amores furtivos


Salimos de la casa a toda prisa, subimos con velocidad al coche y conduje el corto trayecto hasta su destino.
Cuando estábamos en las proximidades del mismo detecté vehículos sospechosos, por lo que di un pequeño rodeo hasta una calle solitaria.
Tras asegurarnos de que nadie nos veía, me dió un beso fugaz y bajó del automovil, antes de dirigirse hacia su objetivo, se despidió: hasta luego Papi.
MALDITA ABORRESCENCIA

miércoles, 23 de febrero de 2011

30 años ya. ¿Lo recuerdas?, ¿qué estabas haciendo?

Verano de 1980, un nuevo general llega a la guarnición de Al sur del Sur y decide que el apelativo que tiene la Brigada XXII (de intervención inmediata) se haga una realidad. ¿Cómo?, pues realizando simulacros de alertas periódicas para mejorar la respuesta de los efectivos. Según el color de la alerta, el militar disponía de un tiempo para presentarse en el cuartel con el uniforme de campaña y el armamento reglamentario.

Era habitual en mi casa (recordemos que mi padre era Practicante militar) recibir este tipo de llamadas:
  • ¿Domicilio del teniente Z?
  • Sí digame.
  • Que se ponga al aparato por favor.
  • Mi teniente, estamos en alerta azul (por ejemplo)
Una vez que colgaba el teléfono mi padre presentaba repetidas veces sus "respetos" al nuevo general y se ponía el uniforme y se iba al cuartel, donde después de comprobar su presencia lo dejaban marcharse de nuevo.

23 de febrero de 1981, sobre las 15:00 (ojo al dato), suena el teléfono y lo coge mi madre:
  • Del cuartel
  • Cagonlaputamadre... del general y......
  • Sí, dime.
  • ¿Roja?, vale de acuerdo, voy inmediatamente.
  • Este tio va a acabar con nosotros.
  • Conchita, puede que tarde un poco el volver, no, no te preocupes. Anula la consulta de esta tarde y llama a menganito para que se encargue de los avisos a domicilio.
23 de febrero de 1981, sobre las 18:00 mi madre está en el baño librando dura batalla con mis rizos porque yo quería salir a la calle y "con esos pelos no vas ni a la puerta". La radio está puesta y de pronto se escucha algo así como: TODO EL MUNDO AL SUELO seguido de algo que suena como a ristra de petardos. Yo no sé que pasa (tengo 11 para 12 añitos), pero no se me olvidará nunca en la vida la cara de terror de mi madre mientras repite "otra vez no, por favor, otra vez no".

Por supuesto me quedé sin salir a la calle, sobre las 21:00 mi padre llamó por teléfono y preguntó si estábamos todos los niños en casa, le dijo a mi madre que no saliera nadie hasta que él volviera y que no se le abriera la puerta a nadie que no fuera él mismo (ahora caigo en que él tenía llave ¿?).


Mi padre volvió a casa el 25 de febrero por la mañana, en los días posteriores me enteré que había pasado algo muy gordo que yo no llegaba a entender pero que gracias al Rey y otras circustancias la cosa se había frenado.


lunes, 21 de febrero de 2011

El síndrome de Down NO es una enfermedad

No Sr., NO lo es, como ya hemos comentado antes en este mismo blog el Síndrome de Down es otra cosa:

"El síndrome de Down no es una enfermedad y, por lo tanto, no requiere ningún tratamiento médico en cuanto tal. Además, al desconocerse las causas subyacentes de esta alteración genética, resulta imposible conocer cómo prevenirlo.
La salud de los niños con síndrome de Down no tiene por qué diferenciarse en nada a la de cualquier otro niño, de esta forma, en muchos de los casos su buena o mala salud no guarda ninguna relación con su trisomía. Por lo tanto podemos tener niños sanos con síndrome de Down, es decir, que no presentan enfermedad alguna.
Sin embargo, tenemos niños con síndrome de Down con patologías asociadas. Son complicaciones de salud relacionadas con su alteración genética: cardiopatías congénitas, hipertensión pulmonar, problemas auditivos o visuales, anomalías intestinales, neurológicas, endocrinas… Estas situaciones requieren cuidados específicos y sobre todo un adecuado seguimiento desde el nacimiento."
Este texto está copiado literalmente de la página de Down España, no es de mi cosecha... lo que sí puedo decir es que si una persona no tiene ninguna patología orgánica, es feliz, tiene su novio, su trabajo, independencia económica y vive también de forma independiente... (Definición de salud de la OMS: estado de bienestar físico, psíquico y social y no sólo la ausencia de enfermedad) NO ME DIGA USTED, DR. BONIS QUE MI HIJA ES UNA ENFERMA.

Porque eso es lo que afirmó aquí (ver los comentarios), curioso en alguien que se ofende y siente tristeza porque una compañera diga que no le gusta tratar pacientes psicóticos.

Cuando una persona con S. de Down tiene una cardiopatía o cualquier otro problema, sí es un enfermo , pero por el problema de salud asociado, no por tener una trisomía.

Por cierto, los protagonistas del video son mi hija y su novio, ¿los considerarían ustedes como enfermos?


domingo, 20 de febrero de 2011

24p - 24h LA VISIBILIDAD DE LA ENFERMERIA DEL TRABAJO

Antes que nada felicitar a los turroneros por su iniciativa y por su primer cumpleños, espero que sean muchos más y que Al sur del Sur los vea.


Soy enfermero del trabajo (hasta hace poco se llamaba de empresa), y si la enfermería en sí es poco visible y se nos confunde, la del trabajo es el bicho raro y en peligro de extinción de las especialidades de enfermería. Pero mejor os lo cuenta una de mis pacientes/colaboradoras/trabajadoras:


Ayer por la noche Enfermero9 me planteó una cuestión peliaguda. Me pilló desprevenida y sensible, muy sensible. Acababa de leer la VIDA de un amigo al que, a pesar de no conocer en carnes mortales- el dice que es inmortal- ADORO. Le respondí.
Un momento E9 de mi corazónAhora mismito vuelvo.
Me puse mi uniforme de Enfermera6, la enfermera consorte y complemento de mi 9 .Entre los dos formamos un bonito número, el 69. No sean malpensados -o si, que a veces si piensas mal, aciertas-. Somos complementarios el uno del otro. Somos amigos, confidentes, amantes y formamos un todo. Una pareja, como tantas- no, como tantas no, una pareja de 7-afortunados por encontrar a nuestra alma gemela...¡¡¡Jo, que me lío y me pierdo!!!. Vamos al turrón.

Pregunta. ¿Como explicar que es la "Enfermería del Trabajo"?.

¿Cuál es tu trabajo?. ¿Que haces todos los días?. Mejor me quito el uniforme de E6 y me pongo el otro, el oficial, el de verdad-quiero que mi opinión sea lo más objetiva posible-. Mi uniforme de Librera de un gran centro comercial que todos conoceis y donde Enfermero9 también trabaja. Ya veis, me cuida dentro y fuera de casa.

A primera vista y desde mi puesto de trabajo, a pie de sala de ventas, esos señores que están en el "Servicio Médico" son a los que acudo cuando me duele algo. Los que me hacen los reconocimientos médicos periodicamente. A los que consulto cuando tengo alguna duda sobre salud. Los que recogen mis partes de baja/alta cuando estoy enferma. Los que hacen un seguimiento de mi salud y mi enfermedad cuando se presenta. Son aquellos que -para su desgracia- son considerados perros de presa en busca de un gazapo esquivo. Los que te dicen -es parte de su labor- con mucha delicadeza"No te enrrolles Charles Boyer" y tira para alante como los de Alicante. Los que son capaces de detectar un problemilla sin importancia pero que puede derivar en algo muy serio. Me cuidan. Eso es lo que me importa y me interesa. Que mi empresa, en la que me paso media vida, se preocupe por algo tan importante como que esté bien de chapa, pintura y mecánica.

A continuación, como soy muy curiosa -alma de portera la mía- pregunto sin parar y he descubierto cosas interesantes como por ejemplo:
* Que existe algo que se llama "Prevención de riesgos laborales" , que tiene carácter legal y en la que las personas que pululan en el Servicio Médico son expertos.
* Que están integrados dentro del "Servicio de Prevención de Riesgos Laborales".
* Cuando hay un accidente de trabajo ellos investigan el como y el porqué. ¿Son unos cotillas?, pues no. Se trata de evitar y subsanar los posibles errores humanos o mecánicos que ponen en riesgo la salud del trabajador o incluso de los clientes. ¡¡¡Casi ná!!!.
* Además están coordinados con otros como el "Servicio de seguridad". Cuando hay algún incidente, automáticamente se activan una serie de protocolos y trabajan todos a una.
* Son los encargados de dar formación en Primeros Auxílios y preparar a los equipos de primera intervención.

Una puntualización, no poseo información privilegiada. Todo esto que cuento es público y esta a disposición de tod@s aquell@s que quieran conocerlo.
Un ejemplo. "Últimamente tengo dolores de cabeza, muy fuertes. Cuando salgo de trabajar disminuyen y desaparecen. Al día siguiente vuelta a empezar. ¿Que me pasa?. Estoy acojonao. ¡A ver si va a ser algo malo!. Voy a ver al , Enfermero9 o a ¡Olequearte! a ver que me dicen, ellos son los que están siempre y a todas horas".
Lo primero, tranquilizan a la criatura y después...de prescripciones, pruebas diagnosticas y demás¡¡¡que se yo!!!, que lo cuente Enfermero9 que, al fin y al cabo lo hace todos los días ¿no?. Yo veo como van con unas maquinitas que miden los decibélios y  los gases. Los veo pasar al sector de perecederos y los veo recoger muestras que luego mandan a analizar. Se también que vigilan nuestra salud mental y si hay algún factor en nuestro puesto de trabajo que pueda ser el detonante de problemas, intervienen. También para eso hay un protocolo que es conocido por tod@s.




sábado, 19 de febrero de 2011

Recuerdos del Paraiso



Una noche sin urgencias, una terraza en calma, un bebé durmiendo, niños pequeños jugando en el salón, "niños grandes" jugando a adultos por las calles de la adolescencia compartida.

Un cielo de estrellas como nunca se había visto, silencio sólo roto por risas y palabras suaves, semioscuridad compartida.

Conversación de temas diversos, de teatro a física cuántica y alguien no visible escuchando, y más risas y más silencio, intimidad.

Bebida y comida para acompañar con moderación, a lo lejos música en directo a lo cerca música de amistad.

Seis amigos, una noche de verano, un pueblo... el Paraiso.



jueves, 17 de febrero de 2011

SOY UN HOMBRE REALMENTE AFORTUNADO

CARTA QUE ME HA REGALADO ANGELITAPAPAFRITA ESTA NOCHE, DECIDME SI NO SOY EL TIPO MÁS AFORTUNADO DEL MUNDO.

Carta de amor para mi amor

Hola amor mio. Estás aquí a mi lado.Descansando los dos,
pero estoy inquieta y mi mente no descansa. Bulle llena de
recuerdos que a veces se mezclan, se diluyen y se confunden.
Necesito escribir lo que supones en mi vida, lo que has supuesto
dentro de ella. Cuanto la has llenado, cuanto me has enseñado y
cuanto me has dado. No queda ni un solo rincón dentro y fuera de
mi que no hayas impregnado. Has abierto mis ojos a golpes de
ternura y comprensión. Yo, que pasaba por la vida con los ojos
apenas abiertos, mirando de soslayo y sin querer que nadie me
viese. Pasando desapercibida. Una existencia velada de gasas
oscuras. Llegaste para arrancar ese velo enlutado y mostrarme
otra luz, otros soles, otros colores con los que poder pintar mi piel
y mi risa. Tus manos, las caricias que me prodigan. Tu voz, la
misma que susurra mi nombre y delata tu urgencia. Tus ojos, me
acarician con la mirada susurrante de quien anhela y desea. Tus
labios, tibios y dulces. A veces fieros, otras, remanso de paz. Tu
pecho, en el que late el músculo vivo y apresurado de mis días de
búsqueda. Tu pelo, en el que me enredo y enreda mis sueños, en el
que entierro mis dedos sujetando el impulso de tus olas, el mar de
tu cuerpo en el que nado y me pierdo. Las profundidades abisales
de los sueños de toda una vida pasada, presente y futura.
Te amo... sin más.
Para siempre tuya.
Ángela.





lunes, 14 de febrero de 2011

Jugando a...

Leyendo esta entrada y esta otra de mi amigo Paco Doña hace unos días, pasé un rato fantástico recordando mis juegos de infancia.

Yo me crié en una barriada humilde, de gente trabajadora (ya os conté que mi padre era el Practicante de la barriada), los niños jugábamos en la calle, en plazoletas de tierra llenas de árboles y con muy pocos coches, tan pocos que rara vez teníamos que parar un partido de futbol para dejar pasar a uno.

Sobre mis "salvajadas" ya os contaré otro día, sólo comentar que mi padre estaba cansado de tener que arreglar "gratis" los compañeros de juego que yo estropeaba.

Pero mis juegos tenían una particularidad (porque salvajes éramos todos), cuando jugábamos a médicos lo hacíamos con material de verdad, vendas, gasas, antisépticos, un fonendo viejo y sobre todo jeringuillas que estaban muy cotizadas porque después servían para echar batallitas de agua.

Poco después pasé yo a curar a escondidas a los amigos que salían heridos... desde pequeño había frecuentado la consulta que teníamos en casa y por observación y por las enseñanzas de mi padre sabía como atender pequeños rasguños, contusiones, etc.

El hecho de poder curarme y curar amigos sin que se enteraran los padres me dió un gran prestigio entre los niños de la barriada y también me dio algo más, una vocación temprana hacia la sanidad.


domingo, 13 de febrero de 2011

NACIMIENTO

Después de pensarlo mucho, hemos decidido que las aventuras del 2º Teniente Ian Talling merecen su propio espacio, independiente de Al sur del Sur, así que ha nacido un nuevo blog, que con su periodicidad de dos entradas por semana irá relatándonos la Guerra de la Independencia española desde los ojos de un oficial británico y sus compañeros.

El autor como ya sabéis es Fernando J. Suárez de Miguel, yo seré "el maquetista".

Esperamos que os guste esta historia, que es Historia viva y que reflejará pasajes reales de la lucha de los ejércitos español e inglés contra el invasor napoleónico.


http://iantalling.blogspot.com/
DIARIO DE LA GUERRA DE LA PENÍNSULA

viernes, 11 de febrero de 2011

Más vale prevenir que curar

El pasado día 1, se presentó el Informe Bernat Soria promovido por Abbott, no creo que sea necesario presentar al Dr. Soria. Según comentó él mismo en el programa de radio Herrera en la Onda de Onda Cero, la metodología para la elaboración de dicho informe ha consistido en seis reuniones tipo tormenta de ideas (una al mes durante seis meses)  de diferentes grupos (médicos, enfermería, gestores sanitarios, industria farmacéutica y pacientes).

La temática general de dichas reuniones ha sido la salud presente y futura del sistema sanitario público al cumplirse el 25 aniversario del mismo, dicho de otra forma: ¿qué virtudes tiene nuestro sistema sanitario?, ¿qué defectos?, ¿es sostenible?, ¿qué reformas habría que hacer?.

De las conclusiones de dicho estudio, aparte de la bondad de farmaindustria (ya veis quién lo promueve) yo me quedo con una en concreto, entre otras cosas porque me parece la más interesante y porque no me veo capacitado para analizar algunas otras. La conclusión que me ha llamado la atención es la que afirma que nuestro sistema sanitario es uno de los mejores del mundo a la hora de curar o paliar una enfermedad pero que suspende claramente a la hora de prevenirlas.

Creo que es una realidad palpable, la prevalencia de problemas de salud o enfermedades como las hiperlipemias, HTA, Diabetes tipo II que además son uno de los principales factores de riesgo de los accidentes vasculares cerebrales, cardiopatías, etc. es realmente preocupante.

Lo vemos día tras día, estadística tras estadística, la prevención en España está fallando y las consecuencias son terribles a todos los niveles: muerte, invalidez, cargas sociales, absentismo laboral, gasto farmacéutico, profesionales saturados o directamente desbordados... y lo peor es que muchos de estos casos se pueden evitar.

Así que ya sabéis, si queremos cambiar la situación tenemos que abordar el problema y hay que hacer prevención primaria, secundaria y terciaria en la Escuela, en el Centro de Salud, en el Hospital, en la Empresa, en todos los ámbitos y tomarlo en serio y formarnos más y mejor para poder abordar la complejidad de esta tarea.

Y ahora os propongo un sencillo cuestionario para contestar donde os dé la gana (en los comentarios, en vuestros blogs, en vuestra mente...):
  • ¿Qué porcentaje de mi jornada laboral dedico a hacer Prevención y Promoción de la Salud (PyPS)?.
  • ¿Tengo los medios suficientes para hacerlo? (materiales, personales, horario).
  • ¿Existen protocolos para ello en mi unidad?.
  • ¿Cuento con el apoyo de mis superiores?.
  • ¿A qué problemas me dedico fundamentalmente?.
  • ¿Cómo puedo mejorar la efectividad de la PyPS?.
  • ¿Considero importante la PyPS en mi unidad?.
  • ¿Es sostenible el sistema sanitario sin implementar la PyPS?.
Por mi parte prometo contestar el cuestionario en breve (tengo pendiente la próxima entrada de Ian Talling). Gracias por vuestra colaboración.

sábado, 5 de febrero de 2011

Ian Talling. LIBRO I - Capítulo 2

(Escucha esta canción marinera irlandesa mientras lees)


DIARIO DE LA GUERRA DE LA PENÍNSULA



Segundo Teniente Ian Talling. 87ºRgto. (del Príncipe de Gales) Irlandés de Infantería.

Veintitrés de Abril del Año de Nuestro Señor de 1809.

Cinco días han transcurrido desde que zarpara de Belfast con rumbo a la Península para unirme a mi regimiento.

El segundo batallón del 87º llegó a Portugal el mes pasado. Ignoro dónde se encontrará cuando quiera Dios que arribemos. Solamente confío en que no entre en acción antes de que pueda incorporarme.

La nave en la que viajo es la HMS Thebes, una soberbia fragata de treinta y dos cañones de la [escuadra] Blanca que lleva despachos para el Ejército expedicionario. He sido realmente afortunado de poder ser admitido en la misma para realizar la travesía pues, de lo contrario, muy posiblemente hubiera debido aguardar a que se organizase un nuevo convoy que transportase hombres y suministros a Portugal. Ello hubiese significado una forzosa espera de varias semanas, quizás incluso meses, que, a buen seguro, habría hecho imposible que me presentara en mi puesto a tiempo. Parece que es la Voluntad de Dios que acuda con presteza a ocupar mi lugar bajo las banderas.

La Thebes es una de tantas naves que, bien en flotillas bien en solitario, navegan por todos los mares y océanos del mundo garantizando la inviolabilidad de nuestras rutas a la par que arruinan el comercio francés y capturan o hunden sus barcos. No es hasta que uno puede ver con sus propios ojos cómo se desempeñan nuestros marinos que no le da a la Armada el valor y la importancia que realmente merecen. De no ser por estos hombres, y quienes les precedieron, hace ya mucho tiempo que la Gran Bretaña no sería más que un par de islas arruinadas y ocupadas quien sabe si por los españoles, los holandeses, los franceses o todos a un tiempo.

Aparte de mí se encuentran a bordo, en calidad de pasajeros, dos suboficiales del 87: el sargento mayor Reginald "Red" Redding, de Dublín, un maduro veterano del primer batallón que se ha reenganchado al servicio para, según sus propias palabras, "ponerse a salvo de su mujer bajo las balas de los franceses"; y el sargento Nicholas Carpenter, de Armagh, más joven que Redding pero con una amplia experiencia militar debida a un prolongado servicio en la India y en Egipto en el 88 Regimiento Irlandés, los célebres Rangers de Connaught.

Afortunadamente he podido acostumbrarme al tremendo y constante movimiento de a bordo, a la permanente sensación de inestabilidad y al permanente crujir de las cuadernas. El mareo, que ha sido mi inseparable compañero desde la partida, parece haber ido remitiendo toda vez que he logrado habituarme a la vida en el barco.

Dada mi condición de pasajero, y de oficial, estoy exento de realizar ningún trabajo y comparto las veladas con la oficialidad de a bordo en la cabina del capitán, el honorable Andrew Cunningham cuya amabilidad y consideración hacia mi persona merecen mi eterna gratitud. Los relatos de terribles combates en el mar que oigo, narrados con gran riqueza de detalles por sus protagonistas, me han hecho recordar las palabras de mi padre cuando nos aleccionaba a mis hermanos y a mí sobre los rigores de la vida militar. Imagino que ha de deberse a que aún no he participado en ninguna acción de guerra por lo que confío en que no supondrá ninguna inconveniencia llegado el momento.

Trato de llenar la mayor parte de mi tiempo adquiriendo conocimientos de soldados duchos con vistas, obviamente, a mi bautismo de fuego. En ese sentido ha sido una verdadera suerte tener por compañeros de singladura a los ya mencionados sargentos Redding y Carpenter y al primer teniente de los Royal Marines Henry Hobbarth.

El teniente Hobbarth pone mucho énfasis en la forma particular que tienen los marines de combatir pues es sabido que la base del mismo es la de la pareja de hombres que lucha codo con codo. Es un sistema muy eficaz en el combate cerrado pues permite una gran libertad de acción aspecto este que, en el caso de hombres experimentados, permite lograr elevadas cotas de eficiencia toda vez que hace casi innecesaria la presencia de oficiales y suboficiales que impartan órdenes y marquen objetivos. Al oír al teniente no puedo evitar pensar en mi hermano Patrick. En su última carta nos informaba de que se encontraba en Jamaica por necesidad de reparaciones del barco en el que actualmente sirve. Reconozco que daría cualquier cosa por abrazarle de nuevo.

Por su parte los sargentos se esfuerzan por instruirme en el uso del mosquete pues, y es un aspecto en el que ambos han coincidido, insisten en que los oficiales han de saber manejarse con el arma larga y no confiarse al sable, que consideran más un símbolo de mando que un instrumento bélico, amén de un reclamo para los tiradores enemigos. Ponen como ejemplo a los oficiales de fusileros: expertos en el manejo del fusil Baker, un arma complicada donde las haya pero que resulta letal en sus manos; y que en campaña adoptan las trazas de sus hombres y pueden pasar como simples soldados evitándose así convertirse en blancos preferentes al grito, que tantas veces oyera mi padre en Norteamérica de “Disparen al Oro” *.

En este sentido el teniente Hobbarth me ha confiado cuan acertados son los consejos de los sargentos y no ha tenido inconveniente en mostrarme la panoplia de armas que emplea en acción: un sable corto, un buen par de pistolas, un puñal y un mosquete Brown Bess. Parece que en la guerra moderna el oficial habrá de ser tan experto en las maniobras de campo como certero con el arma larga. Tal y como sentencia el sargento Redding:


"Oficial te llamarán por lucir tu galón
mas soldado no serás
si no aciertas a un botón"

[*] Eufemismo empleado por los milicianos rebeldes norteamericanos y que significa tomar a los oficiales [británicos] como blanco preferente dada su propensión al lujo en los uniformes. 

Fernando J. Suárez de Miguel ©

jueves, 3 de febrero de 2011

PARA QUE LAS PERSONAS ESTÉN DONDE TIENEN QUE ESTAR

Hoy me sumo a la difusión de la última campaña de la Fundación Carreras, motivos me sobran. Quiero dedicarle la entrada de hoy a:
  • Los compañeros con los que compartí uno de los periodos más maravillosos de mi formación como enfermero, los profesionales de la planta de hematología clínica del Hospital del SAS de Jerez de la Frontera.
  • Los pacientes que conocí en aquel periodo y los que he ido conociendo después: Caridad, Casilda, Mari, Carlos, Ángel...
  • Por supuesto a Fran que ya no puede estar donde debería estar pero que desde donde esté le da fuerzas para seguir con el día a día a Eva y Juan Carlos.
Y por último, especialmente, a mi sobrino Victor  (es sobrino de E6), que está luchando como un campeón contra la jodida enfermedad, es fuerte y como buen militar y buen gaditano (ya sabeis: con las bombas que tiran...) la está venciendo. Para él y para toda la familia que a pesar de las distancias está como una piña apoyándolo.

martes, 1 de febrero de 2011

Ian Talling. LIBRO I - Capítulo 1

DIARIO DE LA GUERRA DE LA PENÍNSULA


Segundo Teniente Ian Talling. 87ºRgto. (del Príncipe de Gales) Irlandés de Infantería.

Quince de Abril del Año de Nuestro Señor de 1809.

Con no disimulada emoción doy comienzo a este Diario con el firme propósito de dejar constancia de mis vivencias e impresiones en la contienda hacia la cual me encamino.

Ignoro cuántas páginas podré llenar pues queda en manos del Todopoderoso mi destino pero mi resolución es clara: Pretendo legar a quienes vengan tras de mis pasos el testimonio de un soldado que defendió a su Dios, a su Patria y a su Rey del enemigo más formidable de cuantos hasta el momento los hubieran amenazado.

No es fácil, para quien es hijo y hermano de soldados, permanecer impasible ante el derroche de valor y el sacrificio diario de sus seres queridos:

Mi padre, Seamus Talling, era apenas un muchacho cuando ya luchó junto a Braddock en el Monogahela y no decreció un ápice su valor cuando defendió la causa de nuestro Rey frente a los rebeldes de las colonias de Norteamérica. El hecho de que la edad no le permita ya servir le irrita sobremanera.

Mi hermano mayor, Angus, se está labrando una gloriosa carrera en la India. Ha tomado parte en el asalto a Seringapatam y en la batalla de Assaye a las órdenes del joven y distinguido general Sir Arthur Wellesley, actualmente al mando de nuestras tropas en Portugal y es, hoy en día, por su dominio de las lenguas y costumbres locales y por su indudable valor, uno de los oficiales más apreciados de las tropas de la Honorable Compañía de las Indias Orientales.

Patrick, mi otro hermano precedente, es capitán en la Real Infantería de Marina. Ha recorrido el Mundo de un extremo a otro a bordo de naves de las tres escuadras. Ha combatido contra franceses, españoles, yanquis y berberiscos e, incluso, contra feroces piratas malayos. Desde pequeño adoraba la acción y, por tanto, su vida y su oficio se amoldan perfectamente a su carácter.

Por todo ello cuando mi padre me comunicó, el mismo día de mi decimoséptimo cumpleaños, que había obtenido mi nombramiento de segundo teniente en el Segundo Batallón del célebre Regimiento 87, “los irlandeses del Príncipe de Gales”, sentí que la llamada de las banderas había alcanzado, al fin, al más joven de los Talling.

Mas, por el contrario, el pertenecer a este regimiento donde sirven hombres de Tipperary y de Galway, católicos o protestantes, constituye un honor por cuanto todos somos hombres de Erin valerosos, abnegados y leales que no dudamos en correr a enfrentarnos a quien pretende sojuzgarnos y que, en su empeño, ha invadido y esclavizado a otros reinos y estados y que, sin duda, ansía poder hacer lo mismo en nuestras islas.

Mis sentimientos, pues, al iniciar la travesía que me llevará a las costas portuguesas son de determinación de cumplir con mis deberes y, asimismo, de responsabilidad por cuanto he de honrar el apellido que ostento y, por ende, a quienes lo han ensalzado antes que yo.

No temo a la Muerte, aunque espero que cuando llegue el momento de entregar mi alma pueda limpiarla ante un sacerdote. Ignoro cual será mi comportamiento al entrar en combate, pero sé que mi padre y mis hermanos estarán conmigo en espíritu para que mi brazo no desfallezca.

Por último, y para finalizar estas primeras líneas, no olvido que el enemigo que me aguarda allá donde me dirijo es el mejor soldado de Europa: Ha derrotado a los principales ejércitos del Continente y su bien ganada fama corre pareja a su valor y veteranía...

Pero aún no han oído el grito de batalla de los hombres de Erin:

Faugh-a-Ballagh!



Fernando J. Suárez de Miguel ©