miércoles, 27 de julio de 2011

¿Hacia dónde vamos?

Hace unos días, hablaba con un compañero sobre la hiperespecialización, sobre cómo se van ampliando los conocimientos en cada campo hasta hacerlos inabarcables para una persona normal.

En nuestro propio campo, es difícil estar al día de los cambios legales, protocolos según puesto de trabajo, pruebas específicas por función...

En enfermería por fin se están desarrollando las especialidades (aunque algunas ya existían) porque es absurdo creer que un profesional pueda pasar de trabajar en consulta de crónicos de un centro de salud, a una UCI de hospital o a una planta de medicina interna de un día para otro, después pasan las cosas que pasan.

Entiendo que es una exageración, pero en un futuro no muy lejano: ¿acabará habiendo especialistas en glándulas salivares?, ¿en el ileo?, ¿en úlceras de talón?, ¿en trabajadores de siderometalurgia? o por el contrario y debido al mayor conocimiento del genoma ¿todo el mundo será genetista?.

Repito, sé que es una exageración, pero en el mundo de las ciencias de la salud ¿hacia dónde pensais que vamos?:
  • ¿Hacia los nacionalismos de barrio?
  • ¿Hacia la aldea global?

viernes, 22 de julio de 2011

El rincón del Duende

Hace unos pocos días leí en Curistoria, un blog muy recomendable, que Rockefeller hizo su primer negocio con 8 años. Mi hijo pequeño tiene ya 12 pero va por buen camino...

No sé si sabéis que Mi Santa (la papafrita) hace colgantes y otros complementos de fimo, la verdad es que algunos son obras de arte. Bueno, pues al enano se le ha ocurrido sacar provecho de la afición materna y ha montado un negocio que se llama "El rincón del Duende" y que no es ni más ni menos que una mesa adornada en el club social al que vamos en verano y unos días con más éxito y otros con menos está sacando un dinerito para irnos a un avistamiento de delfines en Tarifa... por supuesto él se saca una comisión aparte de "los beneficios del negocio".

Os dejo unas fotos de la tienda y de la mercancía:

La Tienda

El rótulo

Mercancía

Más mercancía (observad la caja registradora)
Dicen que una joya no lo es hasta que la lleva una mujer guapa:

Papafrita con el colgante de "La joven martir" de Paul Delaroche


Chinochano con un colgante "Art neuveau"

Berni con un colgante de "Gustav Klint"

Juana con un colgante de "Renoir"
Para finalizar y que os hagáis una idea de como es el muchacho, mi Santa había comprado unos adaptadores para las latas de refresco (para poder cerrarlas y además no tener que chuparlas) y el primer día de la tienda él llevaba el suyo. Cuando los niños lo vieron le preguntaron y ahí vio el negocio: desde el segundo día, invierte parte de su comisión de la tienda en adaptadores y los vende con un 50% de beneficio que es limpio para él... tiembla Emilio Botín porque crecerá.

domingo, 17 de julio de 2011

Pido disculpas

Sería presuntuoso pensar que estáis esperando la salida del siguiente post de Al sur del Sur, pero sí es verdad que más o menos estáis acostumbrados a que publique uno cada 4 ó 5 días y a que me asome por el caralibro un ratito todas las noches, por eso os pido disculpas a los que os habéis preocupado ante estas semanas de vacío.

Circunstancias personales, pequeñas obras en casa, final de curso y un estado de ánimo un pelín apático han provocado que no me apeteciera sentarme a escribir, y cuanto más tiempo pasaba más me costaba. Pero no hay ningún problema serio y aquí estoy de nuevo, con ideas renovadas y proyectos en mente, a ver si soy capaz de ir llevándolas adelante.

Quiero pedir disculpas especiales a Laurie, que en su Diario de palabras volvió a tener un huequecito para mí, a Fernando por haber abandonado también el Diario de la Guerra de la Península (de nuevo al pie del cañón mi coronel), a Paco que ha vuelto a galardonar a este blog con un premio y ni le he contestado (próximo post), a los amigashos que tuvieron a bien desnudarme en La Comisión Gestora, a los que me habéis llamado o mandado mensajes para saber si pasaba algo… a todos en general: perdón y gracias por estar ahí.

La canción es un clásico de Barón Rojo que hoy en día sirve de lazo de unión entre un viejo heavy de 42 años y su hijo neoheavy de 16. (Por cierto para los que no la conozcais: es una balada).