Hasta hace poco, cuando uno pensaba en “familia”, lo hacía en: matrimonio heterosexual e hijos y nos reíamos del chiste de “la Preisler”, sí ese de “como os portéis mal se lo digo a tu padre y al tuyo y al tuyo”, cualquier otro tipo de familia se veía regular, incluso se llevaba como las hemorroides en silencio.
Hoy en día resulta que según los últimos estudios del Servicio de Estadísticas del Gobierno Vasco:
el 58% de nuevas familias está integrado por parejas de hecho, divorciados o separados, matrimonios homosexuales, madres solteras, personas que viven solas, inmigrantes que comparten piso
lo que en términos políticos viene a ser mayoría absoluta y lo que era un chiste ha pasado a ser una realidad cotidiana.
Hoy en día resulta que según los últimos estudios del Servicio de Estadísticas del Gobierno Vasco:
el 58% de nuevas familias está integrado por parejas de hecho, divorciados o separados, matrimonios homosexuales, madres solteras, personas que viven solas, inmigrantes que comparten piso
lo que en términos políticos viene a ser mayoría absoluta y lo que era un chiste ha pasado a ser una realidad cotidiana.
Dentro de todas las variedades, la que más me importa por ser el modelo en el que me integro es lo que ha dado en llamarse “familia reconstruida”, lo que significa, familia integrada por dos divorciados con hijos con una estructura dinámica por los periodos que dichos hijos permanecen con sus otros progenitores. Toma ya.
La nuestra es muy divertida, ya que según nuestros respectivos acuerdos, tres de los niños pasan en teoría todos los fines de semana con su madre mientras los otros dos pasan un fin de semana alterno con su padre. Traduciendo, nuestra familia se compone de 7, 5, 4 ó 2 miembros según el día de la semana que sea. Todo esto supone un montón de problemas logísticos que con una buena organización, disciplina y costumbre se lleva bastante bien, pero existe otro tipo de problemas: los de convivencia.
Nosotros hemos tenido suerte por muchas razones:
- Ser hijo de separado/divorciado ya no es un estigma social, es bastante normal.
- Nuestros respectivos hijos con las cadaunadas de cada uno son buenas personas y bastante equilibradas.
- Las relaciones entre hijos no hermanos se llevan como si fueran entre hermanos (con alianzas heterogéneas dignas de estudio).
- Los celos son prácticamente inexistentes.
- Las relaciones con nuestros respectivos ex son bastante civilizadas, sobre todo comparadas con lo que se ve por ahí.
¿Cómo hemos llegado a esto?, creo que ha sido la suma de muchas cosas, quizás las más importantes son:
- Aproximación paulatina, desde que empezamos a salir hasta que empezamos a convivir transcurrieron tres años de ir poco a poco fusionando las dos familias, sin forzar situaciones.
- El rol de padre/madre en casa se ejerce sin tener en cuenta los apellidos de los hijos.
- No menoscabar la autoridad de la pareja.
- Entender que cada uno es cada uno, y tratar de satisfacer las necesidades personales de forma individual y acorde también a sus edades.
- Amor, mucho amor y mucha comprensión para todos.
Total, que ya os he soltado el rollo del anuncio, espero no haberos aburrido mucho. Os dejo un regalo que me ha hecho Mi Santa.
Creo que tienes razón, afecto, paciencia, comprensión y amor a raudales.
ResponderEliminar¡Enhorabuena! y un beso para cada uno.
Llevo unos días con problemas para colgar comentarios en el entorno blogger. El que puse ayer aquí veo que no subió...
ResponderEliminarLo mismo me pasa en el de Iñaki, y en el de Esther La'Berni con acento francés...
¿Le pasa a alguien más?
A mi me da problemas de acceso y después tengo que colgar el comentario dos o tres veces
ResponderEliminarPues me parece envidiable lo bien que lo lleváis porque no debe ser nada fácil y cómo tú bien dices se ve cada cosa por ahí....que da miedo.
ResponderEliminarUn saludo