jueves, 10 de junio de 2010

Marcela

Marcela era limpiadora del SAS, pero como dentro de su zona en el Hospital estaba la E.U. de Enfermería del SAS (ocupaba una planta del Hospital), para nosotros, los estudiantes, Marcela era… Marcela.

Marcela era mayor cuando la conocí, debía tener 59 ó 60 años porque se jubiló 2 ó 3 años después de terminar yo la carrera y eso cuando uno tiene 20 años es ser mayor. Marcela nos trataba como a hijos es decir, podía ser cariñosa, amable… o echarnos unas broncas que ponían firmes al alumno más chulo que hubiera pisado la Escuela.

Cuando alguien tenía un problema, acudía a Marcela, cuando alguien necesitaba algo acudía a Marcela, cuando te querías escaquear para estudiar, te ayudaba Marcela, si necesitabas una fotocopia y no podías ir, te la hacía Marcela, cuando pisabas el pasillo recién fregado tenías que correr para que no te endiñara un fregonazo Marcela.




Era el alma de la escuela, mandaba más que la directora y también la respetábamos más, sabía la vida y milagros de los 150-200 alumnos, pero curiosamente, nosotros no sabíamos nada de la suya… que vivía en una casa antigua de una calle humilde, que era viuda, que vivían con ella hija y nietos...

De la vida de Marcela supe años más tarde, cuando ya enferma pasó a ser mi paciente, ya no se acordaba de mí, ni de ella…
Marcela murió hace ya unos años, no se despertó una mañana, pero promociones enteras de enfermería, cuando nos encontramos un compañero de la época y salen las anécdotas y los recuerdos siempre acabamos hablando con cariño y respeto de Marcela.

2 comentarios:

  1. Siempre hay personas que poseen la condición de ser humildes pero enormes a la vez, de resultar imprescindibles sin parecerlo, de llegar a los corazones de cuantos los rodean por ser dueños una generosidad inmensa y darse a todos en cada hecho cotidiano. No es necesario ganar un premio Nobel para ser recordado, y con tanto cariño menos...
    Un saludo, apañero :)

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