Me gusta el trato con los pacientes/clientes/usuarios... llámales como quieras, me gusta cuando estoy atendiendo a alguien saber algo más que el problema de salud que tiene en el momento concreto de la consulta.
No sé si se debe a que mi primera rotación de prácticas la hice en Hematología Clínica, donde un grupo de magníficos profesionales (y hablo de todos los grupos) atendían a un tipo muy peculiar de paciente, que estaba ingresado por periodos largos y muchas veces en aislamiento. No sé si sera por como soy que aquello me gustó o que aquello fue tan enriquecedor que cambió mi forma de ser.
Quizás también me influyó que al principio como profesional me pasaba la vida de consultorio rural en consultorio rural, y en los pueblecitos la relación es diferente, tu no eres uno de los enfermeros, eres "el enfermero" y ellos no son la úlcera, el hipertenso o la diabética mal controlada, ellos son "Roque el de las abejas", "Manuel el de la rubia" o "Luisa la aceitunera".
Y eso es lo que encontré en la Enfermería del Trabajo, encontré unos "pacientes" que además son compañeros, con los que a veces tomas café o incluso sales a tomar algo, de los que sabes cuántos hijos tienen y si su madre está enferma, su padre ingresado o a su marido/esposa lo acaban de operar de tiroides.
Son personas a las que atiendes en el día a día, cuando les duele la cabeza o cuando están con una crisis de ansiedad, cuando les haces un reconocimiento laboral o cuando le haces un control de embarazo (que se hacen), cuando se accidentan o cuando prefieres que los cures tu a ir al Centro de Salud porque te conocen. Como anécdota, de las tres primeras personas que han entrado hoy en la consulta: dos venían a preguntar cómo curar heridas de sus hijos y la tercera a por una dieta hipolipemieante para su marido.
Son personas que te traen a su hijo recien nacido para que lo conozcas y a las que acompañas un rato en el tanatorio cuando se les muere un ser querido y que llenan hasta atiborrar la plaza que rodea la iglesia cuando eres tu el que entierras a tu hermana.
Es como ser el enfermero de un pueblo pero con una población entre los 18 y los 65 años y esto tiene una ventaja, es realmente extraño que se te muera un paciente/compañero, eso sí, cuando fallece uno lo sientes como algo propio y no te puedes distanciar y escudarte.
Son personas de las que CUIDAS desde la Prevención a todos los niveles (todos los compañeros somos además de enfermeros o médicos Tecnicos en Seguridad Laboral o en Higiene Industrial o en Ergonomía o en varias), no nos dedicamos (no podríamos por ley aunque quisiéramos) a controlar las Bajas.
Me gusta ser ENFERMERO DEL TRABAJO.
Pues es una especialidad que siempre me ha llamado la atención, pero no sé si tiene salidas en mi ciudad, vista tu experiencia... me están entrando ganas de tirarme de cabeza. Me voy a preparar el EIR, un poco tarde pero sino es esta vez pues la siguiente. Un beso
ResponderEliminarMe alegro que te guste y que disfrutes...
ResponderEliminaruna persona que disfruta de su trabajo, siempre intentará por todos los medios hacerlo bien, y si además, tu trabajo es un trabajo dedicado a las personas, más...eso te hace doble persona...nos vemos en un ratico...un abrazo
Me ha sentido identificada contigo leyendo esta entrada. Pues aunque no soy enfermera de trabajo, estoy empezando y he ido rodando trabajando como "enfermera rural" experiencia que recomendaria a tod@s los enfermer@s!!
ResponderEliminarNo hay nada como que te guste lo que haces para ser excelente!
Se nota que te gusta, se te ve en tu salsa, disfrutas, demuestras lo que vales y te recomensan por ello, en definitiva tienes la suerte de haber convertido tu vocación en tu trabajo y ello te hace feliz, sigue así, te estás ganando las alitas.
ResponderEliminarHola Rafa, trasmites pasión en tus palabras y eso sin duda refleja también la pasión con la que cuidas.
ResponderEliminarMe alegra tener compañeros como tú.
Un abrazo
Enfermero9 dijo:
ResponderEliminarPues sí Velvetina, es una especialidad bonita y te cuento un secreto (es de las que todavía tiene salidas) "ánimo".
Nos vemos en un ratico Capi.
Bienvenida Celia a tu casa, trabajar en un pueblo es algo especial... como anecdota: había uno donde las "fuerzas vivas" esperaban que cerrara el consultorio para tomar una cerveza, jeje.
Tu juegas con ventaja Zefe, ¡qué buenos aquellos 5 meses juntos!, a veces echo algo de menos aquella época de cambios e ilusiones por la NUEVA ley de prevención de riesgos laborales (mierda que viejo soy).
A mi también me alegra tener compañeros de los que aprendo cada día como vosotros (lo siento, al igual que La Comisión has pasado a ser plural).
Tiene co... que mi propio blog no me deje comentar con mi nombre cuando estoy en un PC con explorer.
ResponderEliminarjajajajajaja...las máquinas, que también nos cojen manías...jajajajajaja
ResponderEliminarya queda menos...
cogen...gege
ResponderEliminarjajajajajajaja
ESO tiene sentido. Todo es un faceback. Tú quieres ser persona, y siendo persona, aplicar tu vocación. Te comprendo perfectamente.
ResponderEliminarTodos mis ánimos al enfermero de gran labor que a veces se come el coco.
Enhorabuena compañero! Me has emocionado con tu forma tan cercana y a la vez, con la que me siento tan identificada. Yo también soy enfermera del trabajo y acabo de abrir un blog para contar mis experiencias!
ResponderEliminarSi te apetece, puedes verlo aquí enfermeriadeltrabajoaldia.blogspot.com/