El otro día tuve una interesante conversación en Twitter con Ines, una de las enfermeras de reciente incorporación pero que vienen pisando fuerte. Hablaba de como le molestaba tener que hacer de secretaria de terceros sin querer hacerlo. Al final le he terminado enviando un pequeño libro "El Manual de la Perfecta Cabrona", un simpático libro de autoayuda que intenta que las mujeres se liberen de sus yugos autoimpuestos.
Y no se porqué, pero me he vuelto a acordar de nuestra profesión. Y que conste que allá donde voy digo con orgullo que soy "enfermera" pero es que, aunque pueda sonar machista o misógino (todo lo contrario en realidad), los problemas de la enfemería del siglo XXI se deben, en gran medida, a que somos una profesión mayoritariamente de mujeres.
Nuestra profesión no ha evolucionado desde los ochenta del mismo modo que lo ha hecho el colectivo femenino. Nosotros no hemos tenido un movimiento reivindicativo social sólido, no hemos sido capaces de poner a la sociedad de nuestra (pese a las encuestas de satisfacción) parte ni tenemos una ley de paridad.
Seguimos siendo un colectivo resignado, obediente y apocado, que manda mucho de puertas adentro (la planta o la consulta) pero que pierde fuelle en la colectividad (todo lo contrario que otras profesiones). Seguimos siendo como el ama de casa de los ochenta cuya profesión, según su DNI, era "sus labores" y cuya principal ambición consistía en encontrar a un médico con el que casarse. Por esto el sueldo de enfermera era el segundo de casa y, con suerte, era incluso prescindible durante un deseado periodo de excedencia para cuidar a los hijos de ambos.
Era una profesión de segunda... y de esas enfermeras "históricas" siguen quedando muchas. Y lo que es peor, ese rol apenas si ha cambiado en el subconsciente de la mayoría.
Por eso seguimos siendo un colectivo que se queja amargamente alrededor de la mesa camilla con otras "amas de casa" pero que es incapaz de levantar la voz o de decir NO mientras se saben el alma y el pulmon del hogar, las todoterreno que sirven para casi cualquier cosa (de ahi la indefinición de nuestras funciones reales) pero que no se sienten valoradas ni bien pagadas.
Por eso seguimos siendo un colectivo femenino que ha evitado durante años el enfrentamiento con sus verdaderos problemas, y que le ha dado vueltas y vueltas y ha invertido muchisimo tiempo alrededor de la "indiscutible" capacidad de la enfermería de valorar, diagnosticar y cuidar (por no decir tratar) creando incluso una eternas y complejas taxonomías solo aptas para mentes femeninas o iniciados y que, pese a sus aportaciones, como daño colateral han servido para aumentar las cargas laborales de la profesión.
Y por eso seguimos siendo un colectivo mal representado que deja en manos de terceros las decisiones importantes y que, en consecuencia, pocas veces tienen que ver con la realidad laboral o, si lo hacen, son malvendidas o mal explicadas. Una fantastica explicación de esto se hace en el post de La Pildorita 2.0.
Afortunadamente la profesión se renueva y las nuevas enfermeras han dejado de sentirse apendices de otras profesiones y buscan con tesón y no sin encomiable esfuerzo ocupar su verdadero hueco en el mapa de las profesiones sanitarias.
No soy muy mayor por lo que albergo la esperanza de vivir en algún momento cercano como la mayoría de las enfermeras se sienten orgullosas y convencidas del credo enfermero y de lo que son, de lo que representan y de lo que hacen e incluso son capaces de decir YO CREO QUE NO!
Mientras tanto, me voy a permitir SENTIRME YO ORGULLOSO DE TODAS ELLAS y decir SOY ENFERMERA!!
Muy buena entrada si señor !
ResponderEliminarun besito Enfermero
Sonia
Parte de las profesiones sanitarias que han estado durante tanto tiempo a la sombra del grandiosismo de la medicina, sufren medio en silencio el que se crea que es un trabajo auxiliar, prescindible y en cualquier caso... no demasiado importante.
ResponderEliminarPor una parte confío en que haya cambios. Por otra no. Y es que si bien es cierto que las nuevas enfermeras (por seguir con el mismo ejemplo) vienen con fuerza y con ganas de luchar, los estudiantes de medicina, desde que empiezan, tienen claríiiisimo "quien manda" y "quien no manda y nunca mandará".
Me encuentro en el grupo de estudiante de medicina, pero mi óptica es diferente porque he estado al otro lado (en mi caso fisioterapia)y no me dejo manipular fácilmente.
¡¡¡¡Seguid luchando!!!!
me encantó tu afiche, permiso para ponerlo en mi face de perfil porfa, que yo vivo luchando por lo mismo a diario en mi servicio... desde chile cariños
ResponderEliminarMarcela
Licenciada en enfermería