martes, 19 de abril de 2011

AGUJAS, EBULLIDORES Y OTROS, un poco de historia.

Las agujas hipodérmicas como bien sabéis, son agujas huecas y biseladas que se utilizan para inyectar algún producto dentro del cuerpo o bien para extraer alguna sustancia del mismo.

Alexander Wood
Fuente: Wikipedia
 Fueron inventadas en 1853 por Alexander Wood, un médico escocés, para administrar morfina a su esposa que padecía cáncer.

Al principio y durante un siglo, se utilizaron agujas reutilizables debido a su alto costo, de hecho, algunos profesionales las afilaban cuando las mismas perdían punta con su uso e incluso traían un filamento de acero para su limpieza interior y estuches bien múltiple, bien individuales para su conservación. no en vano, el cono era chapado en oro.

 

Como es lógico, al igual que en la actualidad las había de diferentes longitudes y calibres.


Esta es una de las primeras agujas desechables que se usaron en España, de ahí que sea una pieza curiosa y difícil de encontrar (la de la foto no fue "desechada" por que se coló entre el forro y la tapa del maletín de trabajo de mi padre), la invención de las agujas de un sólo uso se la debemos a un ingeniero militar español (medio riojano, medio aragonés), Manuel Jalón Corominas más conocido por su invento estrella: la fregona.


Manuel Jalón Corominas
Fuente: Wikipedia
Respecto a la esterilización de este material, el sistema ideal era el autoclave, pero el mismo no estaba disponible para los profesionales "extrahospitalarios" es decir, la mayoría. Estos profesionales utilizaban los ebullidores o lo que es lo mismo, cajas metálicas donde sumergían el material en agua y poniéndolas al fuego lo hacían hervir durante un mínimo de 20 minutos.

Posteriormente fueron sustituidos por ebullidores eléctricos, cuyo funcionamiento era idéntico con la diferencia de que no se ponían al fuego sino que funcionaban con una resistencia eléctrica.



Todos los que tengáis una cierta edad recordaréis sin embargo el sistema que se usaba a domicilio, este no era otro que echar alcohol en la cajita de transporte de la jeringa y la aguja y prenderle fuego.


Como os comenté anteriormente, si alguien necesita alguna de las imágenes están a vuestra disposición. En la próxima entrada de esta serie: Algo habrá que inyectar ¿no?.

8 comentarios:

  1. Lo siento por los que padezcan belonefobia, pero tocaba. si quereis desayunar ya sabeis donde está la cocina.

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  2. Muy interesante, ya he aprendido algo hoy, ya me puedo ir a acostar. Un abrazo.

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  3. AY, AY, AY....que me desmayo...y de junio y de agosto...jajajajajajajaja
    abusón...me voy a pasar el día malito...jeje
    me pondré gafas de sol para ver este post, así me hará menos daño...jajajajajajajaja
    un saludo
    AY, AY, AY...jeje

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  4. me ha encantado este blog, asi que me quedo para siempre! besitos

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  5. Pos me alegro zefe. Un abrazo... y nos hemos quedado con las ganas de veros.
    Exageraooo Capi, que no es pa tanto.
    Aniña, compañera muchas gracias, aquí tienes tu casa el tiempo que quieras, ya me he pasado yo también por la tuya.

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  6. Convencido previamente de que no existe el menor riesgo de punción, dejo ahora mi felicitación por esta histórica entrada, y el recuerdo a aquel probo practicante -conocido como Manolín, aunque era un hombretón enorme- amigo de mi padre, al que conseguí desesperar una vez -una sola vez- y hacer que se fuera de casa sin ponerme la inyección, porque nadie fue capaz de sacarme de mi escondite...
    Un abrazo, amigo.

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  7. y me pregunto donde se puede conseguir comprar agujas como las de antes aunque solo sea en plan coleccion

    si alguien puede se agradeceria la informacion
    marisa_971@hotmail.es

    gracias

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    1. cuantas quieres,tengo jeringas de vidrio tambien

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