El chulo de la tribu

Hace muchos, muchos años, un “estudiante” de veterinaria hacía prácticas en un zoológico situado al sur del Sur, las prácticas de verano eran una maravilla, te permitían aprender, tomar contacto con la realidad, conocer a profesionales como la copa de un pino y adquirir un buen reservorio de anécdotas.

En el zoo vivía una familia de Macacos cangrejeros (Macaca fascicularis), estos primates catarrinos de la familia Cercopithecidae son característicos de Indonesia, Filipinas y Malasia, viven en grupos matriarcales y demuestran su relación familiar y su estatus con una práctica higiénica y social como el despioje.

En una familia de cangrejeros normales, un macho joven es poco más o menos que un paria, no puede ni acercarse a la hembra dominante y en cuanto deja de ser amamantado, sólo es despiojado por otros parias similares a él.

Pues en nuestro zoo, observamos a un machito que era despiojado por la líder, que los demás adultos respetaban, que repartía su tiempo entre los que él quería, vamos que era el rey del mambo, esta situación anómala nos sorprendió y empezamos a estudiarla, hicimos miles de conjeturas todas ellas erróneas. La solución era más fácil. Era el más listo.

Todas las mañanas, antes de la apertura al público, los cuidadores de los animales repartían la comida en los diferentes comederos… unos minutos después nuestro protagonista aparecía fuera de su jaula (no llegamos a descubrir por dónde salía) y se encaminaba a cercado de los antílopes. Una vez allí se comía todas las zanahorias que era capaz de tragar y a continuación recogía un buen puñado y corría con ellas a dos patas hasta su jaula.

Desde el exterior repartía zanahorias a quien el quería y a cambio obtenía sus favores. No sé que ocurriría cuando creció y su tamaño le impidió hacer sus excursiones, pero verlo correr con su carga de comida fue una de las más divertidas experiencias de mis prácticas.