jueves, 14 de octubre de 2010

En el convento de Santa Rita

"...en el Convento de las Esclavas de Santa Rita...
hay una monja con bulanicos en la cabeza..."



La canción de Carlos Cano escrita en 1987 me rondaba la cabeza cada vez que allá por 1994 me dirigía al convento de Santa Rita (en Al sur del Sur) para tomar la TA, curar o sondar a la antigua hermana tornera, y es que las casualidades existen.

Trabajar en la empresa "Centro Médico ASDS" a la que estaban asociadas cientos de familias y casi todas las congregaciones religiosas de mi ciudad me permitió conocer esos espacios vedados para el hombre "normal", la clausura de los conventos, porque cuando una monja enferma y necesita tratamiento, se hacen excepciones, también me permitió probar de primera mano las excelencias de los obradores de los mismos, una maravilla que me ayudó a superar los 90 kgs hace unos años.

Como decía, era 1994,  mes de agosto para más señas y 40º a la sombra cuando al empezar el turno de tarde visitaba el vecino convento de Santa Rita y tras identificarme en el torno y escuchar la campanilla que advertía que un hombre iba a entrar en la clausura, la inmensa puerta de madera era abierta por la superiora que como todas las tardes miraba reprobatoriamente mis pantalones cortos y me acompañaba a la celda de la antigua tornera...

"...veinticinco de diciembre
fun, fun,fun..."
"...pero mira como beben
los peces en el rio..."

... se escuchaba desde el claustro, y es que el amigo aleman hacía tiempo que intimaba con la monja, que severa, seria y formal en su juventud y un poco cascarrabias de adulta había rejuvenecido hasta una segunda infancia, infancia en la que todos los días eran su día favorito, Navidad.

Tiempo después y con motivo de la campaña de la gripe, volví al convento a vacunar a las hermanas (aunque no sé cómo iban a contagiarse), tras saludar a la sonriente superiora (llevaba pantalones largos) y comentar cómo había crecido la comunidad con un grupo de novicias ecuatoguineanas, "son negritas" me confesó la superiora, me detuve en el silencioso claustro. Estaba más sereno, y también sin duda más triste, la niña ya no cantaba (para descanso del resto de la comunidad que escuchaban campana sobre campana mientras otras campanas anunciaban que se acercaba maitines). Sin duda, estaba más triste.


16 comentarios:

  1. Santa Rita, Rita lo que se da no se quita ;)
    No me gustan las monjas, ni los curas, pero los ancianitos me transmiten mucha ternura.

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    1. Eres un poco simple.
      Decir que no me gustan los curas ni las monjas suena a racismo puro.

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  2. Ayyy!!! cuánto me evoca esta canción, con ella me hice "actriz profesional" y con él, con el cantante, "devota de San Carlos (Cano), por supuesto...
    Luego le conocí "in person" unos meses antes de decirnos adiós y todavía conservo ese pálpito suyo de vergüenza que se esfumaba al pisar el escenario.
    ¡¡Cuánto arte, amigo!!
    Besazos desde "este este" que os añora y quiere.

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  3. Caminoooo...quillaaaa, que ya no hablamos ni ná!!!. ¡Cualquiera nos aguanta a nosotras cuando seamos ancianitas!. Unas gruñonas como los abueletes de los Teleñecos, pero seguro que adorables. Un beso chino-chano. Un beso enfermero9 de mi corazón. ¡¡¡Un beso de los míos para todo el mundo mundial!!!.

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  4. Otro para ti Angelita. Me alegra ver que estás más o menos bien (o por lo menos lo intentas, que eso ya es un paso)

    Sacra, cómo va la cocina del barco! Uy! huelo algo en el fogón y está para chuparse los dedos...qué tiene Neruda y canela..mmmm!!

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  5. Qué me gusta que hagais tertulia en vuestra casa, que es mi blog, un beso Camino y Sacra-mentísima, a ti te lo doy dentro de un poquito papafrita

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  6. Quillo-maños, es que se os echa de menos, coño!

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  7. que me curro unos zumitos y desayunamos tossss...saludos

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  8. de acuerdo, Capi, yo ya tengo hechas las tostadas y los cereales están esperando, hay galletas y un poquillo de alpiste por ahí, id pasando amigos.

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  9. Quillo_maño, mira uqe eres..ir en pantalón corto a ver a las pobres monjitas, ahí provocando...al infierno vas a ir, jejejeje

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  10. 40º a la sombra, 25 avisos y 1 en un convento...

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  11. Y todas las monjas Sor-liviantadas, jejeje y vestido de melocotón, seguro ;DDD mmm...!!!

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  12. Que va, en esa empresa llevavamos un polito blanco con el escudo de la empresa en el lado izdo, aunque es verdad que yo teñí uno de naranja.

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  13. El "amigo alemán" es como un mal amante: primero te hace rejuvenecer y luego te hunde en la más absoluta de las soledades,¿verdad? Y triste, siempre es triste el final...
    Muy bonita tu entrada.
    Un abrazo.

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  14. Si conociéramos más a fondo a muchos curas y monjas, que solo ayudan a los demás, quizás cambiaría mucha gente de opinión.
    Es muy común en esta España que nos ha tocado vivir, que nos subamos al carro barato de hablar mal de curas, monjas, iglesia, opciones políticas, famoseos, etc., Es barato, queda bien, y si alguien descubre nuestra cobardía le llamamos
    "facha", con lo que volvemos a descubrir nuestra ignorancia, y ya está.

    Pero a lo que vamos.

    No sé si es por no recordar bien la canción o por el "amigo alemán", pero hay un pequeño error en la estrofa de la canción
    que hay a principio de página.

    En la primera estrofa de la primera parte de la canción se dice:

    "En el Convento de las esclavas de Santa Rita
    andan las monjas dale que dale por la cocina".....

    Y en la primera estrofa de la segunda parte dice:

    "En el Convento de las esclavas, !Jesús, qué pena!
    hay una monja con bulanicos en la cabeza".......

    Y ahora otra cosa bien distinta.

    Pese a lo que diga "Camino", yo, como sé algo del tema,
    además de haber visto varias veces "Canción de cuna",
    debo expresar mi sana envidia por "enfermero8".

    No todo el mundo tiene ese privilegio de entrar en un lugar en el que simplemente el aire te hace sentirte mejor contigo mismo, por no hablar de otras muchas cuestiones.

    Un abrazo.

    Peregrino



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  15. Buscaba algo sobre religiosas y he encotrado este texto que me ha fascinado. Enhorabuena¡
    La cancion me encanta y los conventos y la clausura me inspiran amor y entrega, no debe ser fácil

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